Podemos acusa a Sánchez de hacerles ‘bullying’: «Nos provoca para que rompamos la coalición»

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez
Yolanda Díaz y Pedro Sánchez.
Joan Guirado

Pedro Sánchez quiere que se vaya y Podemos -que no Unidas Podemos- quiere irse. Pero ni uno se atreve a echarles ni los otros a romper la coalición. Pero la cuerda se va tensando cada vez más y el ambiente ya empieza a ser irrespirable. Los morados creen que las últimas decisiones del presidente, desde aprobar la reforma laboral con Ciudadanos, el envío de armas a Ucrania, el incremento del gasto en Defensa o las medidas económicas para responder a la guerra de Putin, forman parte de una estrategia de bullying para que se cansen y dimitan. Pero los podemitas van a resistir, pese a los debates internos y al desgaste que sufren, porque irse «sería dar al PSOE lo que quieren». Creen que sus socios «nos provocan para que rompamos la coalición y apoyarse en el PP».

La gota que ha colmado el vaso ha sido la cesión por parte del presidente, mediante el envío de una carta al Rey Mohamed VI, en la que reconoce el plan de autonomía para el Sáhara Occidental planteado por Marruecos en 2007. Otra línea roja, tal vez la más infranqueable, para sus socios. Cabe recordar que en 2020, el entonces vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias, aventaba el referéndum y el derecho de autodeterminación del Sáhara Occidental. Sus palabras provocaban una de las mayores crisis en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Y Rabat ha respondido, durante todo este tiempo, abriendo la puerta en las fronteras de Ceuta y Melilla para la entrada de miles de ilegales.

La paciencia de Podemos con lo que llaman «la autoridad» de Pedro Sánchez «está llegando al límite». Los dirigentes «tratan de calmar las bases» pero recuerdan que son un partido asambleario y que en cualquier momento estas pueden estallar. Si eso ocurre, añaden, «las consecuencias pueden ser imprevisibles». Dentro de la formación hay una profunda división sobre si deben asumir el coste de romper la coalición o el de seguir desgastándose al ser cómplices de decisiones que no comparten. Irene Montero es de las que defiende la ruptura, Yolanda Díaz de las de asumir el desgaste y Ione Belarra está entre dos aguas.

Lo que sí está provocando la actitud del jefe del Ejecutivo es que la vicepresidenta segunda se esté reconciliando con Podemos. Díaz, que en los últimos meses se había distanciado sustancialmente del espacio político que representa y en especial de sus dirigentes, se está volviendo a acercar a la organización morada. Todo porque crece la desconfianza en Sánchez. La ministra de Trabajo se había alineado con el presidente, pero las últimas decisiones que ha adoptado le van distanciando. A diferencia de lo que ocurre entre Sánchez y Belarra, que ni se hablan, ella sí tiene interlocución con el líder del PSOE. Pero, mayoritariamente, es para recibir información de medidas que ya están tomadas y que Díaz se remite a rechazar en privado. La coalición está en la UCI.

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